¡Madrid sí es lugar para bicicletas!

¡Buenos días, ciclistas!

Últimamente estoy animándome a coger la bici y rodar por diferentes carriles bici o por caminos entre localidades. Eso sí, me costó volver a coger el ritmo sobre las dos ruedas (y luego dicen que todo es tan sencillo como ir en bicicleta, ¡coser y cantar, claro!)

Hace poco, decidí ir a la Fiesta de la Bicicleta de Carabanchel Alto, la cual se celebra en el Pinar de San José (gracias a la insistencia de las asociaciones de vecinos) pasando por el futuro parque de Manolito Gafotas (si es que finalmente se construye) y por el casco antiguo del barrio. Es una gran iniciativa para poner Carabanchel en el mapa por algo más que por la antigua prisión, ya demolida en la actualidad.

Si queréis hacer kilómetros, mejor el Anillo Verde Ciclista de Madrid. Se trata de un circuito de 64 kilómetros que rodea la almendra madrileña. Si a esto le sumas lo que recorras hasta llegar al anillo puede que hagas más de 70 kms como me sucede a mí (y eso que yo suelo hacer la unión por Madrid Río y el Parque Lineal del Manzanares).

Salida de la Casa de Campo

Su recorrido pasa por la Casa de Campo, hasta el barrio de Mirasierra, con alguna subida que te hace esforzarte (me viene a la cabeza la cuesta de Montecarmelo, no sé) para luego cruzar las vías del Renfe por un túnel, rodear el kilómetro cero ciclista y seguir por Las Tablas y el barrio de Hortaleza. Más adelante, continuar junto a la Peineta (o Wanda Metropolitano) y bajar más hasta Moratalaz, Vallecas, El Pozo y la ribera del Manzanares ¡Tened cuidado con los túneles! A veces hay poca visibilidad, os recomiendo que vayáis con iluminación. El anillo continuaría por Orcasitas, Carabanchel (esta vez por San Francisco), Aluche y, de nuevo, la Casa de Campo. Por algo es una ruta circular ¿no?

Para aquellos que ya conocen de sobra este circuito ciclista, hay variantes hacia otros municipios. En mi caso, quise probar e ir en bici por una Ruta Pseudo-Quijotesca hasta Alcalá de Henares (aprox. 50 kms). Desviándome del Anillo Verde por Vicálvaro, decidí seguir por Coslada, San Fernando de Henares, con un buen tramo campo a través, dando con caminos impracticables y cotos privados de caza (me gusta el riesgo) hasta dar con una salida vía la orientación o gracias al GPS.

Hoy día, hay infinidad de carriles bici urbanos, algunos separados de la circulación de coches y motos, otros de manera compartida. A algunos ciclistas no les convence la idea de ir con la presión de un coche o comiéndose el humo de los tubos de escape, les entiendo. Para ello, también hay vías ciclistas segregadas como la que conecta el Retiro (vía O’Donnell) por el Pirulí de TVE hasta el Anillo Verde en su tramo por Moratalaz.

Con la idea de ganar ritmo sobre las ruedas, quise comprobar nuevos carriles como el de la Calle Toledo y el Paseo de Paseo de Moret (por Moncloa). Adentrándome en el Parque del Oeste y continuar por la vía del Campus de Ciudad Universitaria hasta la Dehesa de la Villa (menuda subidita final tiene, como el Alpe d’Huez).

Anotación posterior. Tras cierto tiempo rodando con cierta asiduidad he comprobado que existe un dilema en lo referente a la circulación ciclista. Si están bien los carriles segregados, si con solo pintarlos es suficiente o si es necesaria una obra mayor con bolardos o bordillos, si la infraestructura es insuficiente para incitar a que practiquemos esta modalidad de desplazamiento (con carriles sándwich peligroso que no dan seguridad) e incluso que en los carriles compartidos (con su shared lane marking o sharrow, ‘arrow’ es por la flecha) se puede circular con tranquilidad. Son opiniones, comprendo el dilema pero, ante todo, todos somos amantes de la bici ¿no será mejor lo que nos une que lo que nos separa?

Por cierto, si circuláis por un sharrow madrileño, id por el medio del carril, no os dejéis engañar por ningún conductor con que se debe ir a la derecha (como si de una vía interurbana se tratase) ¡y respetad las normas o no nos respetarán a nosotros!

También podéis descubrir las Vías Verdes (como las francesas), esta vez por la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, la Vía del Guadarrama sale de Móstoles-El Soto por su puente de metal, o  la Vía del Tajuña que comienza en Arganda del Rey, atravesando Morata de Tajuña, Tielmes, Carabaña y Ambite (entre otras localidades). Si os sentís con fuerzas, podéis tomar un desvío antes de llegar a entrar en Carabaña y culminar la Vía del Tren de los 40 días hasta Estremera.

Si aún tenéis ganas de más, podéis adentraros en el Carril Bici del Norte, que va por Colmenar Viejo hasta Soto El Real. La primera vez que lo quise recorrer acabé quedándome por el Campus de la Universidad Autónoma en Cantoblanco (falta de tiempo). Conviene salir desde Montecarmelo. La entrada a la vía ciclista es algo complicada si no la conocéis. Serían alrededor de unos 67 kilómetros entre ida y vuelta.

Si queréis hacer rodillo y mejorar vuestra cadencia, tengo la ruta idónea. Incluso para los novatos, porque yo lo fui. Podéis seguir la ribera del Manzanares hasta Perales del Río, y allí tomar el Carril Bici Sur hasta San Martín de la Vega. Apenas hay una subida hasta el Alto de la Marañosa, luego un largo descenso hasta San Martín (junto a la Warner). Otra opción sería rodear Perales y, si eso, subir el Cerro de los Ángeles (Getafe). Hay multitud de opciones.

Hace años quise comprobar si podía llegar desde Madrid hasta los límites del Sur de Madrid con la provincia de Toledo, llamémosla mi Ruta Quasi-Toledana (alrededor de 50 kilómetros). Saliendo desde el mismo Pinar de San José (aquel que mencioné al comienzo de la entrada), cruzando hasta Leganés, continuando junto al Parque de Polvoranca y atravesando una senda natural hasta Fuenlabrada (ahí conviene dirigirse hasta el campo de fútbol de la afueras) y tomando otro camino hasta Parla. Ya en Parla, tocaba seguir su carril bici (hasta tienen un circuito de velocidad y de obstáculos) y salir campo a través hacia Torrejón de Velasco. A partír de ahí, sólo quedan apenas unas pequeñas urbanizaciones como la Dehesa de Moratalaz hasta llegar a Yeles e Illescas (ya en la provincia toledana).

Sólo me queda por decir que espero que haya más aventuras por conquistar: completar el carril bici de Colmenar Viejo hasta Soto el Real (y más allá) o la Vía Verde de la Jara (en Talavera de la Reina). Siempre hemos de ponernos nuevas metas, cual aventurero.

Rodar y rodar, dando con lugares tan preciosos es ¡fabuloso! Y encima si lo hacemos gracias a nuestras pedaladas, será un doble recompensa por testar nuestros límites y porque haremos mucho bien al medioambiente al evitar generar polución innecesariamente. Con toda sinceridad, es adictivo y es que si por uno fuera no pararía de rodar y sentir esa libertad como dice este mix de Mike Tompkins.

‘With you I feel again… The dog days are over, the dog days are done…’

Consejo desde la experiencia: aunque vayáis con mapa, geolocalización, etc. ¡atención a los caminos! y procurad ir bien preparados con agua, algo de comida, documentación, herramientas y dinero. Mejor que sobre a que falte.

1B xoxo

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