Tortilla Española desde el país gourmet

Muy buenas a todos,

Por un día, quise ser patriota gastronómicamente hablando. He aquí mi homenaje culinario a España preparando una tortilla española (con patatas y cebolla), para acentuar ese toque patrio acompañé el plato con un poquito de jamón ibérico que traje conmigo a tierras francesas. A continuación, os dejo con una instantánea de mi logro y con mi receta:

Tortilla española con jamón ibérico

Ingredientes:

– 3 o 4 patatas peladas y cortadas en pequeños trocitos

– 1 cebolla cortada finamente (o sin cebolla si no tenéis sentido del gusto)

– 3 huevos

– una pizca de sal

Pasos a seguir (los explicaré con detenimiento, tiene su ciencia aunque sea un plato sencillo):

– Cortad las patatas, mientras calentad una sartén con aceite en el fuego.

– Una vez que tengáis las patatas cortadas, introducidlas en la sartén y comenzad a cortar la cebolla (Propongo el concurso: ‘¡A ver quién no llora!’).

– Cascad los huevos y batidlos (enérgicamente) hasta que veáis burbujas.

– Sacad las patatas y la cebolla de la sartén y escurrid el aceite.

– Juntad y mezclad el huevo con las patatas y compañía (adjuntd la sal).

– Echad la mezcla de nuevo a la sartén y esperad 2 minutos a que se haga una cara.

– Dad la vuelta a la tortilla con ayuda de un plato. ¿Cómo? Tiene su ciencia así que preguntad a madres, abuelas o tías, ellas os desvelarán el misterio.

– Una vez se haya cocinado la tortilla por ambos lados, yo decido volver a darle la vuelta.

Y como colofón final, la presentación en el plato es importantísima (de ahí que le pusiera jamón del bueno). Digno de una estrella michelín ¿no? Esto ha sido todo, me lo pasé genial cocinando, tarareando y luego comiéndome esta omelette. Soy un bon vivant, está visto. Mis compañeras de piso pudieron degustar mis dotes culinarias. Así que, desde el país gourmet por antonomasia se puede decir (semiparafraseando al gran Antonio Molina) que…

‘Soy cocinero’

En breves me marcho de vacaciones por Francia. Bon appétit!

1B xoxo

Vive la gastronomie française! Vive la crêpe!

Bonjour à toutes et à tous!

El otro día estaba paseando por la ribera del Saona y me apetecía comer algo dulce. ¿Y qué hice? Irme a una crêperie, claro. Fue un deseo del momento, aquí por suerte uno puede saciarlo. Me gusta la gastronomía francesa, en general, pero soy un goloso de manual.

El hecho es que fue probar el primer bocado de mi crêpe con nutella y ¡madre mía! tuve una sensación extraña (al estilo de la madeleine de Proust), el sabor dulce de la nocilla mezclado con la masa del crêpe caliente me hicieron recordar mi infancia y olvidar lo que venía haciendo. Por suerte no llegaba tarde al trabajo.

No quiero decir que los crêpes que uno puede tomar en España estén mal, no tenemos nada de lo que avergonzarnos (por algo la dieta mediterránea es mundialmente venerada). Se trata de que Francia sabe cuidar su cultura culinaria, sus dulces, su pan, su queso… ¡y eso me encanta! Estoy deseando probar más recetas.

Mi riquísimo crêpe con nutella.

Para los que prefieran cocinar en casa, aquí os dejo mi receta, no es igual que otras, porque también se pueden comer crêpes dulces y galettes saladas (con jamón york, atún…). La cantidad de mis ingredientes son para 2 personas, o una si tiene mucha hambre.

Ingredientes: 4 cucharas grandes de harina, 1 huevo (puede que dos) si me pasé de harina, dos cucharadas de azúcar, un vaso de leche (no más), una pizquitina de sal y un trozo de mantequilla.

Procedimiento: Yo pongo la mantequilla en una sartén y la caliento, lo que queda lo mezclo con la masa resultante de juntar la harina, los huevos, la leche, el azúcar y la sal con una varillas, o con un tenedor (quizás). A continuación, para cada crêpe sólo echad una cuchara sopera en la sartén y dadle la vuelta al crêpe al minuto aproximadamente. Entre crêpe y crêpe no os olvidéis de echar mantequilla (para que no se pegue y eso).

Y bueno, así es como preparo los crêpes. Una vez los tengáis podéis echarles lo que se os antoje. A mí me gustan de chocolate, de nata, de azúcar, de jamón york con queso y los de salmón. Por cierto, ¿sabéis cuál es el secreto de la cocina francesa? ‘Mantequilla, mantequilla y ¡ah! ¡más mantequilla!’. Toujours du beurre!

Canutos de crêpes rellenos, por la Candelaria.

¿Sabíais que el día de la Candelaria, el 2 de Febrero, o día de las luces ha pasado a ser el día de los crêpes en la tradición belga? Resulta que la tradición pasó de portar una antorcha encendida para no fallecer ese año a cocinar crêpes (debido al exceso de trigo que se iba a pudrir) dando la vuelta al crêpe con maestría o que el primer crêpe debía ser volteado con la mano derecha y mientras con la mano izquierda sostener una moneda de oro. Después esa moneda sería envuelta en un crêpe y depositada en lo alto de un armario durante un año. Y al año siguiente podrían recogerla. Así tendrían dinero durante todo el año. Yo monedas de oro aquí no tengo pero sí que comí crêpes en su honor ¡Me encantan las tradiciones!

Una entrada tan rica tenía que acompañarla de una canción dulce por antonomasia. Y además, así cocináis la receta de los crêpes con esta linda canción de ‘Ratatouille’. La película culinaria por antonomasia, ambientada en la cuisine française y de Disney. Ya sería un planazo ver el filme comiendo unos deliciciosos crêpes.

‘Nous allons enfin nous régaler!’

Si es que pienso en todo: comida, música, amor…

1B xoxo