Bonjour mes amis!
Llevo una semana bastante ajetreada pero he querido tomarme un respiro para poderos presentar uno de los lugares que más me han gustado hasta ahora. A continuación, os presento el Versailles de los reyes absolutistas, con su palacio y sus majestuosos jardines.
La construcción de este castillo fue demandada por Louis XIV, le roi Soleil, como símbolo de su poder divino sobre pueblo. La leyenda cuenta que su Superintendente de Finanzas (es decir, su Primer Ministro), Nicolas Fouquet fue encarcelado de por vida únicamente por haber construido un palacete que podía rivalizar con el del monarca. Hoy día no podemos comprobar si este recelo estaba fundado pues la construcción del economista fue tirada abajo para que no quedase ni rastro.
Su palacio cuenta con magníficas salas de música, de juegos o despachos de reunión. No debéis obviar su famosa galería de espejos. Es alucinante pasearse por la Galerie des Glaces junto a cientos o miles de turistas ¡y pensar que, hace cuatro siglos, los monarcas eran literalmente perseguidos por su cohorte de cortesanos y nobles! En aquella época ser cortesano era un privilegio pues querían mantener su título y, para ello, debían complacer al monarca (los más afortunados podían presenciar el despertar de éste o cómo iba al baño dado que en esos instantes tan íntimos hablaba de lo que realmente le preocupaba).
Hablar de Versalles es también pensar en sus inmensos jardines que servían de zona de juegos para la realeza con canal navegable para barcas, con praderas que se extendían hasta el horizonte, etc. También se pueden admirar sus bellísimas fuentes, con ellas se buscaba dignificar su reclamo al trono como deidad (Baco, Neptuno, Saturno, Apolo), así como con más estatuas del interior de las estancias reales, como Diana, la diosa virgen de la caza, la cual veo por doquier. Hay temporadas (mayormente cuando hace buen tiempo) donde el público puede disfrutar de dichas fuentes y sus espectáculos musicales y acuáticos.
Si queréis pasear, os recomiendo que os dirijáis al Dominio de María Antonieta (consorte del defenestrado Louis XVI por la Revolución Francesa). La figura de esta dama es conocida por los rencores y las malas lenguas del pueblo llano… y por su final en la guillotina. Volviendo a los jardines, quiero recordar que ella mandó construir su hameau (aldea) para escenificar la vida campestre en su propiedad. Se podría decir que creó el primer gran plató de cine… Estos lujos innecesarios no gustaron a sus súbditos y fueron el germen de la histórica rebelión.
Es curioso imaginarse a los cortesanos escenificando roles campestres mientras la reina paseaba por sus colinas. La rumorología dice que también ordenó la edificación del Petit Trianon y del Grand Trianon, dos palacetes dentro de su domaine versallais donde ella se podría haber reunido con sus amantes. Era su zona de recreo personal, está claro.
Lo que hoy conocemos y visitamos como el rincón de Versalles dista del planteamiento original. Se puede decir que con cada monarca que allí residía decidía hacerlo suyo. Hay documentos que confirman la existencia de la Grotte de Versailles (también llamada la gruta del amor, quizás porque podía ser el lugar de reunión con sus amantes) y de un laberinto junto a la Orangerie. Ambas localizaciones fueron desmanteladas por sus affaires románticos.
Me despido recordando cómo intentamos acceder a estos jardines mi amigo y yo. Los muros pueden ser altos pero, como dice esta canción de Labrinth y Emeli Sandé, hay ocasiones en las que merece la pena obviar los obstáculos de la vida. Ahí nacen las anécdotas.
‘You built your wall so high that no one could climb it… but I’m gonna try!‘
Como diría Michel de Montaigne, tenemos más curiosidad que entendimiento. Sed curiosos.
1B xoxo